La palabra metafísica siempre me llamó la atención desde que la escuché (o leí). Nunca había intentado saber más sobre ella pero la creía profunda y compleja. En Rayuela la encontré mencionada varías veces, formando parte de las conversaciones del Club de la Serpiente. Me sigue siendo elusiva, pero encuentro en Borges a un maestro de la metafísica (aclaro, de nuevo, desde mi corto entender) regalándonos definiciones como la siguiente: “las palabras son símbolos que postulan una memoria compartida.” Y entonces entiendes mejor lo que son las palabras:instrumentos para evocar y mezclar vivencias propias con las que nos narra un libro, para facilitar la transmisión de conocimientos y emociones a través de un código en común. En ese sentido, no puedo evitar traer a colación una frase de Charles Bukowski que le calza a perfectamente a Borges, y que habla sobre que “un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple “. El libro de arena, de Jorge Luis Borges, es una colección de cuentos. Estos cuentos son de las últimas entregas de Borges y discurren dentro de lo acostumbrado, trayendo la realidad a la fábrica de sueños y procesándola hasta dejarlas cubiertas de un baño onírico. La realidad se entreteje con los sueños. Qué mejor ejemplo que el cuento que abre el libro, El otro, donde Borges se encuentra con una versión más joven de el mismo, en un sueño donde no se sabe quién soñó a quién. Dentro de las sorpresas que me encontré, hay una historia dedicada a H.P. Lovecraft (chequen el nivel de gente con la que se tuteaba al maestro) llamado There are more things, cuento que me recordó a Alan Poe, y que seguro tiene trazos del estilo de Lovecraft, a quien aún no leo. Mi impresión sobre las reminiscencias de Poe en la obra se confirman en el epílogo. Algo que quiero resaltar es la sensación de que los cuentos están, del algún modo, relacionados entre sí. Tuve esa sensación todo el tiempo. Investigue un poco y lo confirmé con dos relatos: El espejo y la máscara y Undr. El primero es de mis favoritos, es la búsqueda del poeta de la historia por el poema más acabado, tan fino que dice mucho con una sola palabra, innombrable. El libro de arena, cuento que da título al libro, regresa a otro tema recurrente en los libros de Borges, o al menos me recuerda a otros donde lo infinito es línea narrativa y filosófica. Leer a Borges es garantía. Sus cuentos terminan inspirando estudios y ensayos de más páginas que las obras en sí. No hay más. Sí, puede ser denso pues no evade su erudición, su vasto conocimiento literario y de la naturaleza del hombre y sus arcanos. Y es que su genio, en parte y en mi opinión, radica en cómo revela los últimos, a veces con sencillez esclarecedora, a veces con un lenguaje más complejo. Leer a Borges te recuerda que debes poner más atención a tus sueños, donde el autoconocimiento se puede dar en una charla de tú a tú.
