La vida está en la calle y las decisiones que tomamos son el cincel que la moldea. Allá afuera están las aventuras y los sucesos que nos forjan. Somos la amalgama de las personas que conocemos, de las que tomamos el ejemplo y, para bien o para mal, influyen en nosotros. Ahora, imagínate que eres un niño de 13 años (mejor aún, recuerda cuando lo fuiste) en plena transición a la adolescencia, te manda tu padre a hacer un mandado, y como te sobra tiempo y todo se te hace fácil, decides alcanzar a tu novia en Guadalajara.
Un hilito de sangre (Eusebio Ruvalcaba) es un día en la vida de León, quien te narra las situaciones más inesperadas, llevándote de una sorpresa tras otra, en un in crescendo donde la fortuna juega un poco a su favor, poniéndolo con la gente correcta, quienes lo ayudaran a pesar de su edad y su desconfianza inicial. Los sucesos lo llevaran de las calles del centro de la ciudad de México a Guadalajara, y en cada ocasión echará mano de su ingenio y su amplia lista de trucos para sobrevivir. Conocerá la bondad, los gestos solidarios de la gente y sus motivos para ayudarlo. Esto hará que León crezca, y que también devuelva a la vida, con gestos muy humanos, la generosidad de que fue objeto.
Que ni el caló de la calle ni los momentos escatológicos del libro los espanten. Encaja todo muy bien en la trama, porque hay que recordar que estás en la mente de un niño de 13 años, en plena transición a la adolescencia. La ausencia de “exquisitez” va bien con el personaje, por lo que lo considero un acierto.
Un hilito de sangre no es una obra con un tono solemne. Todo lo contrario: la narración es divertidísima, hay momentos hilarantes, y la lectura se te va en un tris. Hay lenguaje soez, pero se lo crees al niño, quien además es muy curioso, ingenioso, inocente por momentos, bastante inteligente -se define como lector voraz y coleccionista de palabras raras de las cuales memoriza sus significados-. Y eso se refleja en la novela, esa sed de vivir que lo lleva por un día de aventuras donde conoce a gente de todo tipo y que, de algún modo, le marcaran la vida.
Un hilito de sangre es una novela que me sorprendió gratamente. Me remontó al tiempo en que tenía trece años. Para quienes preguntan por lecturas para adolescentes, esta puede ser una opción y les gustará saber que pueden encontrar videos en YouTube (pocos) de jóvenes dando su opinión sobre este libro, positiva siempre. Eso me encantó. Además, existe una película basada en la novela con Diego Luna (versión regordeta) como protagonista.
Obra de un autor mexicano del cual supe al investigar un poco sobre Bukowski (de nuevo los libros llevándome a otros libros), me quedo con un muy grato sabor de boca. Sólo me queda recomendarles aplicar a la brevedad el truco LAM (que significa, como todos saben, Léanlo Ahora Mismo). ¿O no?
